Ubicado al lado del río Tarn, este pueblo troglodita tiene una leyenda muy particular. En tiempo de las cruzadas (1095-1291), solo las señoras se quedaron en el pueblo con el Marquès.
La leyenda cuenta que murío de agotamiento físico por satisfacer a todas las mujeres. La noche de su muerte, un fantasma en forma de macho cabrío aparecío dando el nombre al Castillo y al pueblo.